“Ahora bien, es verdad que algunas de las ramas han sido desgajadas, y que tú, siendo de olivo silvestre, has sido injertado entre las otras ramas. Ahora participas de la savia nutritiva de la raíz del olivo”. – Romanos 11:17 NVI
“Yo soy la vid y ustedes son las ramas. El que permanece en mí, como yo en él, dará mucho fruto; separados de mí no pueden ustedes hacer nada”. – Juan 15:5 NVI
Después de escuchar el devocional, medita en los siguientes puntos:
Esta mañana me levanté pensando...
… en lo que significa un injerto y los beneficios que obtiene al recibir los nutrientes de la savia que produce la planta donde está siendo injertado.
1. Injertar consiste en fusionar o unir una planta madre con otras plantas de diferentes características para que produzca un fruto más excelente.
2. Cuando leemos Juan 15 vemos que hace referencia a una vid, a un labrador y a unas ramas, que somos nosotros, pero que pertenecemos a él porque dispuso que fuéramos injertados en la vid verdadera.
3. Pertenecemos a Jesús porque pasamos por una operación espiritual gracias a su muerte en la cruz.
4. Al ser injertados en la vid nuestro fruto va a mejorar, pues vamos a producir una cosecha que demostrará de qué savia nos estamos nutriendo; además, ya no será pasajero ni terrenal, sino que será un fruto espiritual y eterno.
Uno de los frutos más notorios es el Fruto de Arrepentimiento, pues es un cambio que, aunque va de adentro hacia afuera, será visible a los ojos de todos los que te rodean. Llenemos el mundo de frutos de paz, amor, perdón, alegría, amabilidad, honestidad, respeto, generosidad, misericordia y compasión.
