“Por el camino, llegó a un redil de ovejas; y, como había una cueva en el lugar, entró allí para hacer sus necesidades. David estaba escondido en el fondo de la cueva, con sus hombres, y estos le dijeron: —En verdad, hoy se cumple la promesa que te hizo el Señor cuando te dijo: “Yo pondré a tu enemigo en tus manos, para que hagas con él lo que mejor te parezca”. David se levantó y, sin hacer ruido, cortó el borde del manto de Saúl. Pero le remordió la conciencia por lo que había hecho, y les dijo a sus hombres: —¡Que el Señor me libre de hacerle al rey lo que ustedes sugieren! No puedo alzar la mano contra él, porque es el ungido del Señor. De este modo David contuvo a sus hombres, y no les permitió que atacaran a Saúl. Pero una vez que este salió de la cueva para proseguir su camino.” – 1 Samuel 24: 3 - 7 NVI
“David y Abisay llegaron esa noche y vieron a Saúl dormido en medio del campamento, con su lanza hincada en tierra a su cabecera. Abner y el ejército estaban acostados a su alrededor.
—Hoy ha puesto Dios en tus manos a tu enemigo —le dijo Abisay a David—. Déjame matarlo. De un solo golpe de lanza lo dejaré clavado en el suelo. ¡Y no tendré que rematarlo!
—¡No lo mates! —exclamó David—. ¿Quién puede impunemente alzar la mano contra el ungido del Señor?
Y añadió: —Tan cierto como que el Señor vive, que él mismo lo herirá. O le llegará la hora de morir, o caerá en batalla. En cuanto a mí, ¡que el Señor me libre de alzar la mano contra su ungido! Solo toma la lanza y el jarro de agua que están a su cabecera, y vámonos de aquí.” – 1 Samuel 26: 7 - 11 NVI
“Jesús le respondió: —Nadie que mire atrás después de poner la mano en el arado es apto para el reino de Dios.” – Lucas 9: 62 NVI
“Hermanos, no pienso que yo mismo lo haya logrado ya. Más bien, una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y esforzándome por alcanzar lo que está delante.” – Filipenses 3:13 NVI
Después de escuchar el devocional, medita en los siguientes puntos:
Esta mañana me levanté pensando...
…en que así como hay personas que vivieron momentos difíciles al mirar atrás y quedarse estancados en el ayer, también hay personas que han elegido mirar hacia adelante y vivir las recompensas que eso implica.
1. El Rey David es un ejemplo de alguien que no decidió mirar atrás. Hay momentos de la vida en los que tienes personas a tu lado que te pueden influenciar para tomar decisiones mirando hacia atrás y motivarte a que hagas lo incorrecto apoyado en tu fe. Pero no debemos hacer lo que la gente nos sugiera, lo correcto es hacer lo que Dios dispone en nuestro corazón guiados por su palabra.
2. David tuvo varias oportunidades para matar a Saúl; si hubiera mirado hacia atrás durante esos 15 años en la primera oportunidad mata a Saúl, pero seguramente nunca hubiera llegado a ser el rey de Israel.
3. Tener nuestra mirada puesta en Dios y no en nosotros mismos, ni en lo que hemos vivido en el pasado, es la manera correcta para enfrentar situaciones que se nos puedan presentar en el futuro sin tener que mirar lo que ya pasó.
4. Tenemos en nuestras manos el poder de influencia para hacer que las personas que nos rodean miren hacia atrás o hacia delante.
5. Debemos aprender a mirar hacia delante, aunque nos cueste más. Saúl murió en la guerra y David subió a ser el rey de Israel. Cuando tenemos la convicción de saber que Dios tiene una mejor manera de hacer las cosas esperamos en él, no hay desesperó alguno, ni nos dejamos llevar por sufrimientos del pasado.