Modestia

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“Que no se gloríe el sabio en su sabiduría, ni el poderoso en su poder, ni el rico en su riqueza, si alguno ha de gloriarse que se gloríe en conocerme y en entenderme.” – Jeremías 9: 23 - 24

“Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.” – Romanos 12: 3 RVR1960

“Tres días después de haber llegado a Jerusalén, salí de noche acompañado de algunos hombres, pero a ninguno de ellos le conté lo que mi Dios me había motivado hacer por Jerusalén. La única bestia que llevábamos era la que yo montaba. Esa noche salí por la puerta del Valle hacia la fuente del Dragón y la puerta del Basurero. Inspeccioné las ruinas de la muralla de Jerusalén, y sus puertas consumidas por el fuego. Después me dirigí hacia la puerta de la Fuente y el estanque del Rey, pero no hallé por dónde pasar con mi cabalgadura. Así que, siendo aún de noche, subí por el arroyo mientras inspeccionaba la muralla. Finalmente regresé y entré por la puerta del Valle. Los gobernadores no supieron a dónde fui ni qué hice, porque hasta entonces no había dicho nada a ningún judío: ni a los sacerdotes, ni a los nobles, ni a los gobernadores ni a los que estaban trabajando en la obra. Por eso les dije: —Ustedes son testigos de nuestra desgracia. Jerusalén está en ruinas, y sus puertas han sido consumidas por el fuego. ¡Vamos, anímense! ¡Reconstruyamos la muralla de Jerusalén para que ya nadie se burle de nosotros!

Entonces les conté cómo la bondadosa mano de Dios había estado conmigo y les relaté lo que el rey me había dicho. Al oír esto, exclamaron: —¡Manos a la obra!

Y unieron la acción a la palabra. Cuando lo supieron, Sambalat el horonita, Tobías el oficial amonita y Guesén el árabe se burlaron de nosotros y nos preguntaron de manera despectiva: —Pero ¿qué están haciendo? ¿Acaso pretenden rebelarse contra el rey?

Yo les contesté: —El Dios del cielo nos concederá salir adelante. Nosotros, sus siervos, vamos a comenzar la reconstrucción. Ustedes no tienen arte ni parte en este asunto, ni raigambre en Jerusalén.” – Nehemías 2: 11 -20 NVI

Después de escuchar el devocional, medita en los siguientes puntos:

Esta mañana me levanté pensando...

…en todas las cosas que hemos aprendido en los últimos días y que, sin duda alguna, son necesarias para aprovechar el tiempo como sabios y no como necios.

1. Hemos tenido momentos en donde, tal vez, nuestra actitud ha sido altiva y donde hemos hecho alarde de nuestro conocimiento, poder y riquezas; pero la realidad es que esto no debe ser la meta de todo y este tipo de comportamientos solo nos sirven para perder el tiempo y distraernos del propósito deseado. 

2. ¿Qué es la modestia? Es la cualidad que modera nuestros actos y pensamientos, impidiéndonos creernos más de lo que somos. Quien tiene modestia no presume de sus virtudes o sus logros ante los demás; no va más allá de lo que cada uno es y no se comporta de acuerdo con las conveniencias sociales y personales.

3. Nehemías es el ejemplo de un líder modesto inspirado por Dios. Su propósito fue reconstruir las murallas de Jerusalén. Fue eminentemente práctico en todo lo que hizo, siempre actuó con modestia y sin hacer mucho ruido realizó su trabajo y la obra para Dios. De manera sabia aprovechó el tiempo y descubrió el poder de la modestia como una virtud poderosa para hacer todo en su momento.

4. Cuando atraes la atención hacia ti mismo pierdes tiempo tratando de demostrar lo que no puedes. Ser modestos nos evita tener comportamientos excesivamente egoístas o individualistas.

5. Una relación de intimidad con Dios es el lugar en donde se construye modestia en el corazón del hombre.

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