"Pido que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre glorioso, les dé el Espíritu de sabiduría y de revelación, para que lo conozcan mejor. Pido también que les sean iluminados los ojos del corazón para que sepan a qué esperanza él los ha llamado, cuál es la riqueza de su gloriosa herencia entre los santos" – Efesios 1: 17 – 18 NVI
Después de escuchar el devocional, medita en los siguientes puntos:
Esta mañana me levanté pensando...
…en que así como tenemos cinco sentidos físicos (vista, oído, olfato, gusto y tacto) que nos ayudan a relacionarnos con este mundo en el cual vivimos, también tenemos sentidos espirituales que nos ayudan a relacionarnos con el mundo espiritual, aunque muchos no lo reconozcan, ni se den cuenta.
1. Con los ojos físicos te relacionas con el mundo donde vives. Con los ojos espirituales te relacionas con el mundo espiritual. Hemos tratado de ver cosas espirituales con ojos naturales, en vez de ver las cosas naturales con ojos espirituales.
2. El sentido del olfato, en el mundo espiritual, está relacionado con el discernimiento. Te lleva a discernir entre lo bueno y lo malo, lo correcto y lo incorrecto, lo que es de Dios y lo que no lo es.
3. Los que oyen solo con sus oídos físicos están limitando su vida a escuchar aquellas palabras que no trascienden. Es necesario que Dios abra tus oídos para que escuches más al Señor y menos al mundo. Oír al Señor es lo mejor que te puede suceder.
4. El sentido para saborear las cosas espirituales es el gusto. Quienes solo tienen el gusto físico degustan lo natural, pero no lo espiritual. Aquellas personas que leen la Biblia, oran y ayunan por costumbre, pero sin la capacidad de disfrutar cada una de estas actividades, es porque su sentido del gusto no se ha desarrollado. Para deleitarte en Dios es necesario que el gusto se abra.
5. A través del tacto nos relacionamos con las cosas físicas. En el espíritu, este sentido es necesario para tocar y poseer las cosas del mundo espiritual.