“Pon en manos del Señor todas tus obras, y tus proyectos se cumplirán” – Proverbios 16:3 (NVI)
Las metas deberían establecerse individualmente, pero también deben convertirse en una parte de tu alianza con tu cónyuge. Si tu cónyuge no es cristiano, tienes una excelente meta a establecer en tu vida de oración personal.
No renuncies a orar por tu cónyuge inconverso (o cualquier otro incrédulo). Una señora cristiana que conozco oró por su esposo durante 22 años antes de que él aceptase al Señor. Finalmente costó el golpe de tres años en la cárcel para que él respondiese.
Una meta familiar mínima, que sería un buen comienzo, debe ser leer unos versos de la Escritura y orar juntos con regularidad.
Como padres cristianos, debemos enseñarles a nuestros hijos los principios de Dios. Con niños muy pequeños, el estudio y la oración son hábitos relativamente fáciles de desarrollar en familia. Comienza con una buena guía Bíblica para niños y orar los unos por otros.
Con los niños mayores, empieza donde puedas. Lean un breve devocional en el desayuno o después de la cena y tomen unos minutos para orar juntos. Se llega a saber acerca de Dios al estudiar Su Palabra, pero llegas a conocer a Dios por medio de la oración.
Establece una meta con tu familia para orar regular y consistentemente. A pesar de que puede sonar muy trillado, es cierto: La familia que ora unida, permanece unida.
Puedes iniciar bien tu día con la Palabra de Dios. " Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu Reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que nos deben. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal.” (Lucas 11: 2-4).
Lectura Bíblica Diaria:
1 Samuel 14-15