“Yo sé muy bien que todavía no he alcanzado la meta; pero he decidido no fijarme en lo que ya he recorrido, sino que ahora me concentro en lo que me falta por recorrer. Así que sigo adelante, hacia la meta, para llevarme el premio que Dios nos llama a recibir por medio de Jesucristo”, Filipenses 3:13-14 (TLA).
Yo creo en las metas. Las he tenido toda mi vida, porque las metas son expresiones de fe. La Biblia dice, “El justo por la fe vivirá”, “sin fe es imposible agradar a Dios”, “Todo lo que no proviene de fe, es pecado” y “Según tu fe te será hecho”.
Dios siempre actúa en tu vida según tu fe. Por eso necesitas tener metas en tu vida, porque una meta es una declaración de fe. Una meta dice, “Creo que Dios quiere que yo complete esto para esta fecha”. Si no tienes una fecha, no es una meta. Es un deseo. Es un sueño. Es un anhelo. Deseos tenemos a montones, pero no tienen valor. La única cosa que va a cambiar tu vida es fijarte metas. ¡Tienes que despertar del sueño y comenzar a trabajar!
Una meta de “fe” tiene cinco características:
1. Enfoque. Eso significa que es específica. Si usas las palabras “más” o “menos”, no es una meta con enfoque. “Quiero enojarme menos”, o “Quiero pesar menos”, o “Quiero ser más como Jesús”, no son metas porque no puedes medirlas. Tienes que ser específico.
2. Alcanzable. Si te pones una meta poco realista, solo te va a desanimar. Si dices, “Voy a orar tres horas al día”, te estás predisponiendo al fracaso. Pon una meta que te haga esforzar y, luego, confía en Dios para que te ayude en el camino.
3. Individual. Eso significa que es personal. No puedes tener metas para otras personas porque no puedes controlarlas. No puedes ponerle metas a tus hijos, tu esposo(a), o tu novio o novia. Solo puedes ponerte metas a ti mismo, porque puedes controlarte a ti y a nadie más. La única forma en la que puedes cambiar a otras personas es cambiando tú.
4. Rastreable. Las metas que son rastreables pueden ser medidas. Se pueden verificar. Determinas una fecha y dices, “Para noviembre 30 tengo que tener esto listo, para diciembre 30 debo haber alcanzado esto y para enero 30 debo hacer esto”.
5. Sincera. Tus metas deben ser sinceras. Nunca alcanzarás metas por las que no sientas pasión por ellas. Si no sientes pasión sobre tu meta, espera a tener esa pasión. Si no tienes un deseo profundo de hacerlo, no te pongas esa meta.
Quiero motivarte a que tengas una meta espiritual para tu vida hoy en día. Puede ser que tu meta sea tener un tiempo devocional por cinco minutos todos los días por los próximos 30 días. Esa es una meta de “fe” y puedes lograrla en fe.
Reflexiona sobre esto
- ¿Cuáles son las metas sobre las que has trabajado? ¿Cumplen los criterios de una meta de fe?
- ¿Cuál es el rol de la oración en la forma en la que te fijas metas?
- Después de haber aprendido sobre metas de fe, ¿cuál sería una nueva meta que crees que Dios quiere que te pongas?
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Este devocional ©2016 por Rick Warren. Todos los derechos reservados. Usado con permiso.