“Por Jehová son ordenados los pasos del hombre, y él aprueba su camino”, Salmos 37:23
Una característica de una Maestra del Bien es que se preocupa por hacer el bien, siendo así un ejemplo digno de admirar y de seguir. Una Maestra del Bien procura enseñar la palabra a tiempo y fuera de tiempo, procura enseñar los valores del reino de Dios a todos los que le rodean. Pero también debe procurar, como hija de Dios, siempre obedecer Sus ordenanzas.
En este pasaje bíblico vemos que Jehová ordena, dirige y afianza los pasos del hombre. En hebreo, hombre está escrito como "gueber" que significa guerrero, esforzado, Esto es, en nuestro caso, aquella mujer guerrera que se esfuerza por cumplir las ordenanzas del Maestro. Esta mujer puede estar segura de que Dios está dirigiendo sus caminos en la forma que más convenga.
Pero no se queda allí, dice el verso que Él aprueba su camino. Una señal de esta aprobación es el éxito que Dios concede y la protección con que le rodea.
Que bienaventurados son los que cumplen las ordenanzas de Dios, el Dios que con Su palabra formó el universo, que tiene poder para calmar la tempestad, el que es el principio y el fin. ¡Ese Dios dirige tus caminos!
Podemos estar confiadas que si hacemos lo que a Dios le agrada, Él dirigirá nuestros pasos, y sabremos que es un camino aprobado cuando veamos el éxito que Él nos dará en lo que emprendamos.
Procuremos ser las mejores hijas, las más obedientes, las más dedicadas en las labores del Maestro. Trabajemos para no fallarle, buscando siempre hacer a nuestro Padre feliz. Que nuestra vida diaria sea una verdadera adoración (obediencia) a Dios y que todos puedan observar que a quienes verdaderamente aman a Dios, todas las cosas le ayudan a bien.
Oración: Padre, perdónanos por trazar nuestro propio camino. Pero gracias que tenemos la seguridad de que cuando vivimos para ti, no solo diriges nuestros pasos sino que caminas junto a nosotras. Que lo aprendido por medio de estos devocionales y el estudio de tu Palabra guíe mis pasos cada día. En el nombre de Cristo, amén.
Por Roselyn Lima