Un reflejo de Jesús

“Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad”, Filipenses 2:12-13

¿Qué quiere decir “ocuparnos de nuestra salvación”? Muchas personas piensan erróneamente que Pablo nos estaba diciendo que trabajemos para lograr nuestra salvación. Pero el apóstol estaba diciendo algo completamente diferente: la experiencia de la salvación no es el final de nuestra peregrinación espiritual; es el comienzo y catalizador que activa “nuestro modo de operación”.

Solo después de haber puesto tu fe en Jesús como Salvador puedes comenzar a vivir la vida abundante que Dios te tiene preparada. Si le has entregado tu corazón, el Espíritu Santo habitará en ti para siempre. Es el Espíritu de Dios actuando en y a través de ti que te permite vivir y poner en práctica tu salvación. El grado hasta el cual te rindas al Espíritu Santo afectará la obra que Él llevará a cabo por medio tuyo y los cambios que Él hará en tu vida.

A medida que tu fe y tu relación con Dios se desarrollen, comenzarás a notar que Él se mueve en tu vida. Cuando compartas tu fe y tus bendiciones con los demás, te darás cuenta de que Dios está trabajando de muchas maneras. Mantente sirviendo al Señor y las semillas que Dios ha sembrado en ti florecerán (Isaías 55:10-11).

Por eso, cuando la Biblia habla de ocuparnos de nuestra salvación, quiere decir que hemos sido llamadas a vivir con reverencia lo que ya nos ha sido dado y permitir que la vida de Cristo se refleje en nosotras para que las demás sean influenciadas al nosotras reflejarlo a  Él.

Nuestra salvación debe ser un reflejo de Jesús dondequiera que vayamos; al vivirla en medio de amigas, familiares, compañeras de trabajo e incluso de extraños. Anímate hoy a modelar a Cristo para su gloria y que en tu vida se refleje su salvación.

Oración: Padre, quiero vivir y reflejar la realidad de tu salvación en mi vida. Que puedan mis hechos dar testimonio de que he nacido de nuevo y que pueda yo crecer cada día más en tu temor y en la comprensión de mi salvación. En el nombre de Jesús, amén.

Por: Carmen de Corniel  

Loading controls...