Hace unos cuantos años atrás, cuando los criminales callejeros comenzaron a ser cada vez más violentos y sus ataques más mortales, los oficiales de la policía de mi ciudad comenzaron a usar blindaje personal, es decir, chalecos a prueba de balas para proteger los órganos vitales.
En la antigüedad, la primera pieza de la armadura que todo soldado adquiría era una coraza. Como el pecho del ser humano es siempre el objetivo de mayor tamaño y como algunos órganos vitales están localizados en él, la protección de la parte superior del cuerpo es de la mayor importancia.
Usted probablemente sabe que Satanás, que es un enemigo más mortal que cualquier encapuchado callejero, quiere destruirlo; quiere que usted piense que está perdido e indefenso, que sus pecados lo hacen indigno del cielo. Pero la Biblia dice en Efesios 6:11,14, “Vestíos de toda la armadura de Dios . . . vestidos con la coraza de justicia”. Jesucristo le da Su justicia, es decir, el perdón de todos sus pecados, para cubrir y calmar a su corazón.
Siga adelante, ¡Ponga a Cristo sobre su corazón! Lleve puesta la santidad de Jesús con orgullo.
