¿Alguna vez ha pensado que desde la eternidad Dios ha planificado que usted, yo y cada creyente seamos Su Plan “A” para llevar Su salvación al mundo?
Lea las palabras de Judas 1:3:
"Amados, por el gran empeño que tenía en escribiros acerca de nuestra común salvación, he sentido la necesidad de escribiros exhortándoos a contender ardientemente por la fe que de una vez para siempre fue entregada a los santos." (LBLA)
En este versículo, Judas está diciendo a aquellos a quien está escribiendo: “Les escribo para exhortarles, para llamarles a unirse a Dios, y que puedan luchar por la fe que ha sido una vez encomendada a los santos”.
Judas se está refiriendo a la doctrina de Jesucristo: Su crucifixión, Su sufrimiento por nuestros pecados, Su resurrección de los muertos, Su ascensión a la diestra del Padre y Su inminente regreso.
Note las palabras, “una vez para siempre fue entregada” (Judas 1:3 LBLA). En otras palabras, Dios no está cambiando Su plan ahora. Fue dado a nosotros para defenderlo y declararlo, una vez y para siempre. No hay un Plan B. Nosotros somos el único plan que Dios tiene.
Esto significa que el evangelio ha sido literalmente confiado a usted y a mí como la Iglesia, el cuerpo de Cristo. Dios ha elegido eso a través de la locura de predicar el evangelio para que así los hombres sean salvos.
Las buenas noticias de Jesucristo, el único método de Dios de traer salvación a un mundo perdido y de muerte, el único método de cambiar el destino eterno de los hombres y las mujeres, nos ha sido dado a nosotros.
¿No es eso algo impresionante? Es por eso que mi pasión es traer a un Jesús vivo a un mundo de muerte. Porque no hay Plan B.