Cuando estaba en el instituto bíblico, tuvimos una excelente profesora de griego, Hélène Balarin, quien se convirtió más adelante en una traductora emérita de la Biblia. Recuerdo una expresión que aprendí con ella y que decía: “Doxa to Theo”, lo que significa: “Gloria a Dios”. Theo significa Dios y Doxa Gloria.
- Él es Dios, nosotros somos humanos.
- Él es eterno, nosotros sólo una neblina que se desvanece (ver Santiago 4:14).
- Él es el Creador, nosotros sus criaturas.
Cuando contemplo su creación, ¡todo me mueve a darle gloria! Y cuando pienso en ti, querido(a) amigo(a), ¡también me apetece decir "Doxa to Theo", “Gloria a Dios”!
A veces las circunstancias de la vida nos invitan a rechazar a Dios, más bien que a alabarlo o celebrarlo. Sin embargo, Él es Todopoderoso, eterno y glorioso. Él es divinamente extraordinario, sin comienzo ni fin. Él es el Creador y es infinitamente grande. Él no está limitado por nuestro espacio y tiempo.
Cuando damos la gloria a Dios, cuando hacemos la “doxología” de Dios, reconocemos que Él puede todo. Le permitimos actuar en nuestras débiles vidas, abrimos las puertas a un milagro de Su parte.
Jesús dijo: “y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público” (Mateo 6:4).
¡Querido(a) amigo(a), ya que a lo largo de esta semana vas a dar gloria a Dios, creo que Él te lo devolverá en forma de bendición sobre tu vida!
¡Gloria a Dios!
Gracias por existir,
Eric Célérier
