Confiando en Dios

“Tú eres mi Señor, no hay para mi, bien fuera de Ti”, Salmos 16:2

¿Escuchaste las palabras de David? Es la expresión de una experiencia vivida.

¿Y tú, qué haces cuando tienes problemas? Si ignoras a Dios y te vas detrás de soluciones que a tu juicio son mejores, te harás presa del dios de los narcóticos, las pastillas y las sesiones interminables de terapia, dejando tu adorada chequera en la farmacia y el consultorio médico.

Te sugerimos hacer como David quien dijo: “A Jehová he puesto siempre delante de mí”. No a veces, o a menudo, cuando te acuerdes o cuando estés desesperada y sin salida, sino SIEMPRE. David confió su vida a Dios sin excluir nada y por eso pudo decir: “Jehová es la porción de mi herencia y de mi copa: Tu sustentas mi suerte. Las cuerdas me cayeron en lugares deleitosos”.

La transición de las ataduras a la libertad fue deleitosa y así será cuando te decidas a confiar plenamente en Dios y ser una Maestra del Bien.

Oración: Amado Dios, tu Palabra dice que “bienaventurado el hombre que puso en Jehová su confianza”. Gracias porque tú eres mi luz y mi salvación. No temeré lo que me pueda hacer el hombre. En el nombre de Jesús, amén.

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