“¿Por qué te abates, oh alma mía, y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío. Dios mío, mi alma está abatida en mí; me acordaré, por tanto, de ti desde la tierra del Jordán, y de los hermonitas, desde el monte de Mizar” (Salmo 42:5-6).
Si echas un vistazo rápido sobre tu vida: ¿en quién te apoyas a día de hoy? ¿Quién esperas que dé respuesta a tus necesidades?
- ¿Tú mismo?
- ¿Tu pareja?
- ¿Tu jefe?
- ¿Tu banco?
No conozco tu situación, pero estoy seguro de una cosa: es mejor siempre esperar en Dios. Él sabe remunerar y recompensar a los que cuentan con Él, a los que esperan en Él.
Esto es lo que dice la Biblia: “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan” (Hebreos 11:6).
Él puede proveer para tus necesidades. Absolutamente para todas. Su cuenta celestial tiene provisiones ilimitadas. Hoy puedes contar con Él, más de lo que hayas podido contar sobre cualquier persona o cosa en toda tu vida. ¡Sí, espera en Él, en el Dios ilimitado!
La Biblia nos sigue diciendo: “Mejor es confiar en Jehová que confiar en príncipes” (Salmo 118:9).
¿Por qué contar con Dios y confiar en Él? Porque “Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta. Él dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará?” (Números 23:19).
Tu Dios no miente ni se arrepiente de Su Palabra ni de Sus promesas para tu vida. Lo que ha dicho lo cumplirá, puedes estar seguro(a). ¡Te invito a que no dudes, sino a que entres plenamente en todo aquello que Dios quiere para ti! ¡Cuenta con Él, confía en Él, espera en Él!
¡Que Dios te bendiga abundantemente!
Gracias por existir,
Eric Célérier
